Faro

A mi padre, que es capitán y brújula de vida

 

 

Entre los pasos de la arena,

detrás de las montañas

«El tiempo es amplio» me dijiste «puedes amanecer en la mañana

o a la hora en que palpites de lleno»

 

Es mediodía pero se siente medianoche acechando: hay murmullos que decoran nanas,

unos dedos largos en el pelo, regalando palabras para dormir:

las sembré en la Tierra azul que me prometiste un día y que abracé con alas. Después de Aguas, Lluvias y Riachuelos han crecido letras como

paseo

hermana

lucidez

*

Hace poco tuve que entender que nuestra verdad de alma bucea música. Estuve temblando en sepia, mientras te dejaba ser hombre invierno y capitán de otros

no quise llamarte por miedo a que nuestras palabras se volvieran llanto, así que reuní valor de vientre y tomé la decisión de Sanar y Ser

hubo agua que vino sin dedos (ni piano) en el pelo, pero siempre una luz

asomando

siempre una luz de la mano

siempre el faro entre los pasos de la arena

y detrás de las montañas.

*

Nunca te lo dije pero soñé con edificios rojos,

personas a carreras (sin ser conscientes de las manos)

mochilas perdidas y miradas que no. Nunca te lo digo

pero hay veces que me encuentro con mi niña y la calma,

con mi niña y la espera

con mi niña y tú siempre con luz, siempre de la mano.

*

Hay veces que asusta crecer pero me contaste lo bello de saberse ser, de

sembrar y observar los Mundos de los ríos de las almas de las gentes. Y

es entonces cuando me encuentro viva y con luz.

*

Al nacer me dijiste «paseo» con la belleza habitada que caracteriza a la tierra de tu mirada,

a mis ocho años mencionaste hermana, y lo volviste a hacer, mes tras mes, comprensivo y atento

después, sin quererlo y escondido, se te cayó de la boca «lucidez» y aún estoy tratando de entender cada sonido de palabra, cada cabo, cada grano.

Ahora, y sin buscarlo, me encuentro caminando más allá de los lazos de sangre y descifrando

aún

y despacio

la locura de un corazón cuerdo: viajar, amar y Llover(se). No sé mirar la vida de otro modo,

Faro.

Y es en gran parte, gracias a tu luz de mano y tus dedos claros.

 

 

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